El agua corre en zigzag por
la sinuosa ribera. El arroyo resuena en nuestros oídos, acompasado lo acompaña
el leve movimiento de las ramas de los árboles, con el susurro de sus hojas
acariciadas por el viento. Los pajarillos contrapuntean en la pasmosa tranquilidad
de su armonía. Tú y yo tumbados bajo la sombra del increíble y centenario roble
que nos cobija de los abrasadores rayos del sol, un marco comparable tan solo
al paraíso que Dios creó para los primeros amantes. Los naranjos al otro lado
del río cargados con sus flores primaverales desprenden ese olor tan particular,
hacen que sea una pintura digna de salones reales. Tú y yo solos… con la hermosa
melodía que nos envuelve. Pequeños haces de luz atraviesan las pobladas ramas,
tu cuerpo sudoroso junto el mío… el mismo Olimpo puesto en la tierra para
nosotros. Las golondrinas revolotean alteradas trabajando en sus nidos,
alterada corre también la sangre por nuestras venas… es primavera… su fragancia
penetra por nuestros poros, se impregna nuestra piel con la esencia del deseo. La
fina y verde hierba, húmeda tras el rocío de la mañana, es nuestro lecho, su
frescor nos mantiene en vilo. Llega una ráfaga de aire compuesta por fragmentos
de una sinfonía de hierba buena con estrofas de jazmín entonadas por sopranos. Te
incorporas y pongo mi cabeza sobre tus piernas, rodeo tu cintura con mis
brazos, acaricias mi espalda… tus mimos llenos de ternura recorren mi piel. Nuestros
cuerpos se tocan en tan escasa distancia. El agua nos llama, nos incita, quiere
que acudamos, que refresquemos nuestros cuerpos con ella en un baño…
Te levantas, me tiendes una
mano para que te acompañe. El agua está fría por el deshielo de la montaña. Nuestros
cuerpos desnudos se estremecen, no tanto por el frío si no por la situación, por
el deseo. Sin dejar de mirarnos, cogidos de la mano, entramos en el agua chapoteando
como niños pequeños, jugando como dos enanos… enamorados…
Tus caricias en mi pelo, en
mi cara. El roce de tus dedos que recorren mis labios… tus manos en mi pecho…
cada vez más cerca de mí… Nuestros corazones se aceleran juntos… Siento el
deseo de tu boca, la sed que tienes de mí… la siento… Me beberías como el
vampiro que necesita sangre para vivir. Rebanarías mi cuello y beberías para
resarcirte de mí. Siento en el calor de tu piel el deseo de que te ame,
equiparable solo al mío por amarte… Mi cuerpo está completamente mojado en el
arroyo, empapado por el azahar… Te excita enormemente. Tus deseos por poseerme
son infinitos, por probar ese sabor en mi. Estás perdida… y yo loco por ti. La
pasión nos desborda, desborda nuestros sentidos. El agua fría del arroyo cubre
ahora nuestros cuerpos… que magnifico es el contraste… el calor que
siento dentro de tí… Deseo tu boca y nuestras lenguas juegan unidas con
nuestros labios. Deseo tu cuerpo… te deseo a tí…
Maravilloso el compás.
Hermosa melodía. Conjunto de placer… deseo puro… contrapunto de pasión…
arrebatador… arráncame el corazón…
BuktopSan
BuktopSan
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