sábado, 24 de marzo de 2012

[paraíso]



El agua corre en zigzag por la sinuosa ribera. El arroyo resuena en nuestros oídos, acompasado lo acompaña el leve movimiento de las ramas de los árboles, con el susurro de sus hojas acariciadas por el viento. Los pajarillos contrapuntean en la pasmosa tranquilidad de su armonía. Tú y yo tumbados bajo la sombra del increíble y centenario roble que nos cobija de los abrasadores rayos del sol, un marco comparable tan solo al paraíso que Dios creó para los primeros amantes. Los naranjos al otro lado del río cargados con sus flores primaverales desprenden ese olor tan particular, hacen que sea una pintura digna de salones reales. Tú y yo solos… con la hermosa melodía que nos envuelve. Pequeños haces de luz atraviesan las pobladas ramas, tu cuerpo sudoroso junto el mío… el mismo Olimpo puesto en la tierra para nosotros. Las golondrinas revolotean alteradas trabajando en sus nidos, alterada corre también la sangre por nuestras venas… es primavera… su fragancia penetra por nuestros poros, se impregna nuestra piel con la esencia del deseo. La fina y verde hierba, húmeda tras el rocío de la mañana, es nuestro lecho, su frescor nos mantiene en vilo. Llega una ráfaga de aire compuesta por fragmentos de una sinfonía de hierba buena con estrofas de jazmín entonadas por sopranos. Te incorporas y pongo mi cabeza sobre tus piernas, rodeo tu cintura con mis brazos, acaricias mi espalda… tus mimos llenos de ternura recorren mi piel. Nuestros cuerpos se tocan en tan escasa distancia. El agua nos llama, nos incita, quiere que acudamos, que refresquemos nuestros cuerpos con ella en un baño…

Te levantas, me tiendes una mano para que te acompañe. El agua está fría por el deshielo de la montaña. Nuestros cuerpos desnudos se estremecen, no tanto por el frío si no por la situación, por el deseo. Sin dejar de mirarnos, cogidos de la mano, entramos en el agua chapoteando como niños pequeños, jugando como dos enanos… enamorados…

Tus caricias en mi pelo, en mi cara. El roce de tus dedos que recorren mis labios… tus manos en mi pecho… cada vez más cerca de mí… Nuestros corazones se aceleran juntos… Siento el deseo de tu boca, la sed que tienes de mí… la siento… Me beberías como el vampiro que necesita sangre para vivir. Rebanarías mi cuello y beberías para resarcirte de mí. Siento en el calor de tu piel el deseo de que te ame, equiparable solo al mío por amarte… Mi cuerpo está completamente mojado en el arroyo, empapado por el azahar… Te excita enormemente. Tus deseos por poseerme son infinitos, por probar ese sabor en mi. Estás perdida… y yo loco por ti. La pasión nos desborda, desborda nuestros sentidos. El agua fría del arroyo cubre ahora nuestros cuerpos… que magnifico es el contraste…  el calor que siento dentro de tí… Deseo tu boca y nuestras lenguas juegan unidas con nuestros labios. Deseo tu cuerpo… te deseo a tí…

Maravilloso el compás. Hermosa melodía. Conjunto de placer… deseo puro… contrapunto de pasión… arrebatador… arráncame el corazón…


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