"- ¿La de plata hace que me enamore de ti, y la de oro, que tú te enamores de mi? - sonriendo, cerró los dedos entorno a las dos pastillas que tenía en la palma de la mano y los besó. - Guárdalas - dijo la muchacha. - ¿Para qué? - Para cuando te deje de querer... Es una broma - añadió al ver su expresión -. No las necesito. Nunca ocurrirá."
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