domingo, 28 de mayo de 2017

[cuando abrió los ojos, creó el mundo...]

Cuando abrió los ojos, creó el mundo. Vio que todo era perfecto. Los volvió a cerrar, creyó estar soñando y prefirió seguir durmiendo, algo perfecto no podía ser real.

Cuando despertó por la mañana se sintió solo. Solo y triste en un mundo que se le antojó irreal. Salió a caminar y a recorrer senderos que no lo llevarían a ninguna parte. El cansancio hizo mella en su cuerpo, se sentó en el suelo con las piernas cruzadas, cabizbajo. Suspiró. La decepción del mundo que lo rodeaba no le permitió continuar su camino. Levantó la cabeza y fijó su vista en el infinito. Por un momento le pareció algo inalcanzable, hermoso como nunca antes lo había visto, pero lejos de ser tangible. Ni yo mismo, que soy testigo de su existencia, sabría decir el tiempo que allí permaneció sentado, mirando a la nada, decepcionado.

Pasaban las horas y allí seguía, inmóvil. No tenía fuerzas ni ganas de continuar. Decidió esperar, sentado, a que llegara la muerte. Cerrar los ojos sería la solución a su problema, soñar le resultaba más fácil que vivir. Al menos que vivir en ese mundo que no le gustaba.

Cansado de esperar y que nada ocurriese, sus parpados empezaron a cerrarse poco a poco. Una suave brisa le acarició la cara obligándolo a despertar. Contempló de nuevo el horizonte donde creyó ver letras. Letras bailando sin ritmo, sin sentido. Se frotó los ojos con el dorso de la mano y prestó más atención. Estiró sus dedos tratando de alcanzarlas con la punta. Con los movimientos de las yemas comenzó a darles forma, a formar hermosas palabras unas detrás de otras. Y así, sin más complicaciones, consiguió crearse un mundo a su medida en el que podría ser él mismo. Un mundo de letras, palabras y literatura. Un mundo en el que él era el dueño y señor, en el que la tristeza y la desesperación eran tan buenos amigos como la lujuria o el amor. Jugaba a enlazar letras y engazar palabras. Escribía textos y poemas. Las letras eran su mundo, su desahogo. Eran sus amigas. Y en ese momento, con una pequeña sonrisa en sus labios, supo que jamás volvería a estar solo.

BuktopSan

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