"Contemplando los lugares familiares del camino, se dijo que no era ya el mismo hombre que anduvo aquella ruta en sentido contrario. Salió en su último viaje componiendo mentalmente un serventesio mientras tarareaba en busca de una música apropiada. (...) La primavera vencía al invierno cuando partió y, entre las flores que brotarían , una creció en su corazón. No había terminado aún el verano y el corazón se había tornado en una piedra negra. (...) Ya no pensaba en canciones. Lo hacía en hierro y sangre.”
De "La Reina Oculta" de Jorge Molist
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