Cuando hablo en siencio...
[prólogo]
Cuando
hablo en silencio es
un libro donde predominan los pensamientos del autor y algunos relatos. En su
índice nos estructura sus pensamientos en: cálidos, oscuros y sofocantes.
Nos engancha con pequeñas
dosis, a excepción de los tres relatos, son pensamientos breves, cargados de
intensidad. Esa brevedad es un buen recurso para atrapar al lector, ocupado la
mayor parte del día, y permitirle la posibilidad de leer en comprimidos, tomar
aire y contagiarse de ese estímulo para seguir adelante con las complicaciones
que la vida nos presenta.
Creo que es un libro
necesario, sobre todo para las personas que sufren, porque el autor, desde su
experiencia con el dolor, nos ofrece una inyección de optimismo y esperanza. El
color de la portada ya nos da indicios del mensaje que inunda la obra: claridad
y alegría para superar la oscuridad que nos atenaza en tantos momentos.
Esta obra nos anima a
tomar fuerza desde la naturaleza y nos muestra el poder de la literatura. Desde
su propia superación de la tristeza con la lectura, y posteriormente con la
escritura, nos descubre en la página en blanco a su nueva amiga. Nos muestra su
bálsamo sanador como una droga:
“La literatura es una droga de fácil
adicción…
como empieces a leer te engancha…
como
empieces a escribir, estás perdido”.
El autor agradece, tanto a
los lectores como a sus compañeros de pluma, poder pertenecer al mundo de la
literatura que le ha convertido en alguien dichoso.
Las páginas del libro
destilan sensualidad, altas dosis de erotismo y una mano que nos acompaña en
todo su recorrido para liberarnos de las tinieblas que nos amenazan. Sin
embargo, podemos observar, en los únicos tres pensamientos oscuros que incluye,
qué tras esos instantes de oscuridad, mana, de nuevo, la luz con esa
maravillosa velocidad que posee, cargándonos, una vez más, de fuerza y
entusiasmo.
“La
tristeza… un sentimiento que ya no tiene cabida en mi interior…”
“Pero, como siempre,
mañana… con las primeras luces de una nueva primavera… ¡resurgiré de mis
cenizas!”
Este no es un libro común.
No es un manual de autoayuda, sin embargo, desde la primera página sientes una
mano que te ofrece consuelo y amparo, y unas letras que te muestran un sendero,
amable y cálido, recorrido previamente por el autor, durante días de luz y
otros de tormenta. Es un libro que no puede dejar indiferente al lector porque
cada renglón huele a humanidad y comprensión.
Victor M. Sanjurjo habla
al silencio y se lo cuenta al papel, involucrando todo un mundo sensorial desde
sus cálidas manos. El silencio de Víctor no nos invita a soñar, hace algo
mejor: nos despierta.
Y nos seduce:
“Y
me voy… y tú vienes conmigo”
Imposible no dejarse llevar porque…
“Todos
viajamos en un mismo tren… sin destino”
Charo Bernal Celestino
Autora
de novela y poesía
No hay comentarios:
Publicar un comentario