La templanza es una cualidad humana que
consiste en actuar o hablar de forma cautelosa y justa, con sobriedad, con
moderación o continencia para evitar daños, dificultades e inconvenientes.
Una persona con
templanza reacciona de manera equilibrada ya que goza de un considerable control
sobre sus emociones y es capaz de dominar sus impulsos.
La templanza
requiere un buen juicio, prudencia, discernimiento, precaución y sabiduría, permitiendo
así al individuo tener dominio y control sobre sus actos logrando mantener el
equilibrio.
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