"- ¿Estás bien? -le preguntó.
Ella levantó la mirada, sonrió y, sin previo aviso, se le acercó y lo besó en los labios. Fue algo más que un beso entre amigos, pero breve.
Él se quedó paralizado por la sorpresa, con el corazón desbocado.
- ¿Y eso? -consiguió decir finalmente.
- Un gesto de agradecimiento -delcaró ella-. Por hacerme compañía durante mi... cautiverio. Me infundaste esperanza y valor. -Hizo una pausa-. Y, como has dicho, el futuro está lleno de posibilidades.
Ella sonrió y, sin esperar respuesta, dio media vuelta, decidida a seguir su camino.”
Ella levantó la mirada, sonrió y, sin previo aviso, se le acercó y lo besó en los labios. Fue algo más que un beso entre amigos, pero breve.
Él se quedó paralizado por la sorpresa, con el corazón desbocado.
- ¿Y eso? -consiguió decir finalmente.
- Un gesto de agradecimiento -delcaró ella-. Por hacerme compañía durante mi... cautiverio. Me infundaste esperanza y valor. -Hizo una pausa-. Y, como has dicho, el futuro está lleno de posibilidades.
Ella sonrió y, sin esperar respuesta, dio media vuelta, decidida a seguir su camino.”
De "La voz de los dioses" de Trudi Canavan
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