"- ¿Conoces la historia de la hilandera al pie de la
cruz? Era la novia de un caballero que se unió al ejército de peregrinos que
querían liberar Jerusalén. Lo esperó un mes tras otro y cuando las noticias
llegadas de Tierra Santa se volvieron cada vez peores hizo un juramento: día
tras día se sentaría junto a la gran encrucijada al pie de la vieja cruz de
madera e hilaría lana y tejería las mantas que regalaría a todos los que
regresaban del peregrinaje hasta que su amor volviera a casa. Pero tras una larga
espera, en vez de su amado apareció uno de sus compañeros de armas y le informó
de que su galán había sido hecho prisionero por el enemigo y que quizá ya lo
hubieran ajusticiado. Entonces ella dejó de hacer mantas, se confeccionó ropas
sólidas, le dijo a su viejo criado que le comprara una cota de malla, un casco,
una espada y emprendió el camino para liberar a su amado. Juró por la vieja
cruz de madera, a cuyos pies había estado sentada durante tanto tiempo, que no
regresaría antes de haber liberado a su amor o de haberlo seguido a la muerte.
Nunca se supo nada más de ambos. Puede que él fuera ajusticiado y ella
naufragara durante la travesía en barco y se ahogara, y también es posible que
siga buscándolo. Yo prefiero creer que lo encontró y que ambos permanecieron en
Tierra Santa, fundaron una familia y envejecieron el uno junto al otro."
De "La Biblia del Diablo" de Richard Dübell
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