No tenía ganas de dormir, y le gustaba especialmente estar solo cuando todo el mundo dormía en el campamento.
Encendió un cigarro y dejó vagar la mirada por el cielo cuajado de estrellas. Necesitaba poner en orden su espíritu. Hacía muchos meses que estaba allí y a veces se preguntaba quién era, quién había sido, qué sería de él."
De "La Biblia de Barro" de Julia Navarro.
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