lunes, 18 de junio de 2012

[fiel a mí mismo]



Me estoy volviendo una persona fría… poco a poco me estoy dando cuenta de ello… que me hundo en los helados páramos de la soledad…  miedo me da el día que llegue a carecer de sentimientos… a ceder a una vida sin riesgos… donde absolutamente todo me de igual… pronto llegará el día en que me volveré frío como el hielo… en eso me estoy convirtiendo… en un témpano… en un alma glacial… la desconfianza en el mundo me transforma… ¿en qué mundo vivimos? ¿de qué coño va la gente? ¿vivimos en un mundo donde la soledad se está convirtiendo en el bien más preciado? hay muchas cosas que no entiendo… y ahí… en las reconfortantes paredes heladas que cubren mi corazón… me escudo… un corazón ya casi helado por completo… de cuyos latidos brotan manantiales de gélida sangre para recorrer mis venas…

De alma de fuego a señor de los hielos… movido siempre por un corazón ardiente… vivo… alimentado por las llamas de la ilusión… de la buena voluntad… un fuego que ahora está extinto… convertido en un ser tenebroso… sin rescoldos de lo que hubo antaño… un fuego apagado por el paso del tiempo…  hastiado por la irracionalidad… cansado de surrealismos… de historias raras…

Ojos apagados… reflejo de mi alma… en otro tiempo soñadora… ojos que denotan frialdad… carentes de brillo… obstinados… con la mirada perdida en el vacío… amedrentaos por falsas esperanzas… ojos que cierran puertas para no abrir nuevas heridas…

La oscuridad me llama… me atrae… me pide a gritos que abandone mis fuerzas… que me deje ir… que no oponga resistencia… que de nada vale el luchar… esforzarse… me pide que cubra mi vida con un manto de hielo… que cierre mis ojos para no ver más allá de lo que realmente me incumbe… que es nada… y nada quiero más que la realidad de las cosas… nada quiero más que tener los pies en el suelo…

Estoy muy quemado… Seré fiel a mí mismo…


domingo, 10 de junio de 2012

[una vez]



Una vez fui feliz. Una vez alguien me importó de verdad, más que yo mismo. Una vez alguien hizo que viera la vida de modo distinto. Una vez alguien consiguió que viviera por y para ella, que viera a través de sus ojos, que oliera a través de su olfato, que sintiera a través de su piel… Una vez conocí la felicidad plena. Una vez hubiera muerto por alguien, hubiera dado mi vida por ella. Una vez… hace tiempo… amé…

Hoy, me he dado cuenta que su amor sigue perdurando en mí, que ella aún vive en mis adentros. Hoy ha pasado un largo tiempo y no sé porque echo de menos algo de ella, algo que nunca volverá, algo que fue único, algo que me hacía palpitar… que las ganas de vivir y sentir fluyeran por mis venas.

¿Por qué después de tanto tiempo a veces la recuerdo? ¿por qué la echo de menos? ¿por qué creo amarla aún? ¿por qué a veces me duermo con ganas de abrazarla de nuevo? sé que no volverá, ni ella ni ese sentimiento… ni sus caricias ni sus abrazos. Ni aquel tiempo…

Tengo miedo a vivir una vida vacía, que no vuelva a haber nada igual. Tengo miedo de verme muerto en vida. Miedo de no volver a sentir así… ni vivir. La tristeza se apodera de mí con estos pensamientos grises, pensamientos duros de un futuro incierto. El miedo a vivir sin sentimientos es terrible. Miedo a una vida de desidia y abandono. Miedo a que mi corazón no vuelva a palpitar de aquella manera.

No lloro por algo perdido, pero tampoco alimento las esperanzas de sentir. Vivo en un estado “H”, de silencio y de paz. Un estado sin sonido propio, sin que nada me haga vibrar. Vivo esperando a que los días pasen y que pase la vida por delante de mis ojos, y espero poder no recordar que un día, hace tiempo, conocí la felicidad…

La echo de menos, la echo mucho de menos. Echo de menos esa felicidad que en otro tiempo me hizo palpitar, que me hizo vibrar. Echo de menos esa felicidad que un día me regaló la vida.

Hoy, espero sin esperar. Espero algún día volver a oír los sonidos de la felicidad…


miércoles, 6 de junio de 2012

Entrada...

“Todas las cosas están encerradas en sus contrarios: la ganancia en la perdida, la entrega en el rechazo, el honor en la humillación, la riqueza en la pobreza, la fortaleza en la debilidad (…) la vida en la muerte, la victoria en la derrota, el poder en la impotencia, así con todo. Por tanto, si un hombre desea encontrar, bueno es que se conforme con perder (…).”


Mulay Al-Arabi Ad-Darqawi
Rasa’il

De “El Fuego” de Katherine Neville

martes, 5 de junio de 2012

[a mi pequeño sobrino]


Pon pon… pon pon… un pequeño pon pon lleno de fortaleza y vitalidad resuena en mi cabeza… pon pon… son los latidos de su corazón… de mi pequeño sobrino…  pon pon… un ritmo constante en mis adentros… aún estando lejos lo siento cerca… mi sangre corre por sus venas… como lo quiero… como deseo tenerlo en mis brazos… oir su llanto… quiero verlo crecer… reír… cantar… bailar… regalarle mi aliento… que pequeño y que bonito… mi sobrino… ay… cada noche antes de dormir me asomo a la ventana a escuchar el viento… miro a la luna y veo en ella el reflejo de su cara… hermosa… en el sosiego de la noche… cuando el mundo está en calma… el aire acaricia mi cara como su tierna respiración… con un beso de sus pequeños labios… un roce de sus diminutas manos… saltaría por la ventana y echaría a volar como una golondrina batiendo sus alas para ir a tu lado… mi pequeño… para estrecharte entre mis brazos… y conocerte al fin… pronto… muy pronto iré…