Dentro de mis circunstancias, una persona quemada por
la vida, me considero afortunado… afortunado porque he conocido la alegría y la
tristeza… he conocido la felicidad y he estado sumido en la adversidad…
viéndolo ya de lejos, mirando atrás en el tiempo, veo que soy rico en
vivencias…
He conocido tres tipos de amor... únicos... bello cada
uno de ellos en su medida… Un amor "primer gran amor" verdadero...
lleno de ilusión… Un amor verdadero de pasión y atracción, de obsesión y dolor,
de amor y rencor, de lo mejor y lo peor, de muerte o vida… Y un amor puro,
lleno de la más grande de las purezas, de ternura... sin mayor pretension que
la ternura… sin deseo implicito...
Ahora que lo veo de lejos... mirando atrás en el
tiempo…
También sé que he conocido la traición, el dolor, el
abatimiento y la desdicha… he conocido el miedo… esas grandes piedras que la
vida te pone en el camino… esas adversidades que te marcan para siempre y
forjan tu carácter… esculpen tu ser... esas historias que con el tiempo se
convierten en anécdotas, leyendas o fábulas que forman parte de un recuerdo
almacenado cerca del olvido, pero que nunca olvidas…
Sé lo que es sentirse exitoso y sentirse impotente
ante un fracaso... he luchado y he perdido... he vivido situaciones que me han
llevado al límite... he estado en la cima y he tocado fondo... he vivido
endeudado hasta el cuello por marrones que no han sido míos... en ocasiones,
también he conocido la tranquilidad...
He vivido la vida como he querido... pero creo que la
vida no ha sido del todo justa...
Mirando atrás, en cierto modo, me siento afortunado…
por haber vivido lo que viví… y aunque me gusta ser como soy… a veces echo de
menos la ingenuidad y la ilusión con la que vivía antes… a veces echo de menos
el romanticismo de la vida… por eso creo que la vida aún está en deuda conmigo…
por eso ahora mi ilusión… la ilusión de una mente agotada… es, que de algún
modo, la balanza se equilibre entre lo bueno y lo malo…
Aún espero tener mi recompensa…
