miércoles, 24 de junio de 2015

Entrada...

"... se había lanzado al sexo como un zorro en un gallinero. Era lo único que podía aliviar un poco su hambre...

Cada noche esperaba a descubrir por qué orilla del amor optaba su nueva amante. ¿la feroz pasión animal y cruda emoción? ¿o la lentitud, moderación, dulzura y tranquilidad? Cualquiera le complacía. Probablemente la noche siguiente escogería a una que preferiría la orilla opueta.

Así se iba forjando la reputación como amante feroz y amable, duro y suave. Nadie se daba cuenta de la contradicción y cada mujer estaba convencida de que había conocido su persona real. Como si él se atreviera a mostrar su verdadera naturaleza (...)"


De “El Proscrito” de Jon Courtenair Grimwood

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