sábado, 4 de mayo de 2013

Entrada...

Cuando pienso en aquel momento, me doy cuenta de que había vivido tanto tiempo entre libros, en mi cerrado ambiente, que me habían comprimido por dentro. De pronto, en esta resonante maravilla de todos los tiempos, mi espíritu se escapo de sus confines. Supe en aquel instante que, pasara lo que pasara, nunca podría volver a mis antiguos límites. Quería seguir la vida hacia el firmamento, expandirme con ella, del mismo modo que ese enorme interior se henchía hacia arriba y hacia fuera. Mi corazón se hinchó con él, como nunca antes había ocurrido con mis vagabundeos entre las líneas de los libros.


De “La Historiadora” de Elisabeth Kostova


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